



Bueno, pues estas cazuelillas de viandas nos las metimos entre pecho y espalda para almorzar un poco. Ya que estaba el dia un poco oscuro pues aprovechamos para que estas cosas no se pusieran malas y dimos buena cuenta de ello, incluido la oreja que se dejaba oir y comer de maravilla.
Con esto ya en el cuerpo continuamos ruta para Guada que nos quedaba un buen trecho que recorrer y lloviendo que estaba vinimos con cuidado y sin problemas.
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